El cuerpo de la joven Caroline Wilma Sánchez Zabala, bailarina de la Barbería Santana, fue sepultado en presencia de familiares, amigos y compañeros.
Antes de colocarla en la alcoba, se abrió el ataúd para darle el último adiós. Una hermana le acarició la cara y escuchó su pedido de no cerrar el ataúd.
El colega más cercano de la joven sostenía a su hermana mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Para los presentes, el dolor y la desesperación eran palpables.