Joselito quien vive cerca del nuevo cementerio municipal de esta ciudad, como cada noche pasa a pie frente a este campo santo. Pero en esta ocasión fue diferente, ya que cuando iba frente a frente a la puerta pues una voz se escuchó cuando grito:
¡Estoy vivoooooooo!…y fue el detonante para que Joselito emprendiera la corrida más rápida que ser humano haya tenido, al fin que hasta se pasó unos metros del frente de su casa y no era para menos. –Yo lo escuche cuando dijo..!estoy vivoooooo y vi el celaje dentro del cementerio.
Horribles noticias llegaron del pánico en la comunidad, no se apresuraron a llamar al 911, que activó la agencia de prevención de Semana Santa, y caminaron hasta la puerta de Tierra Santa en una nube de humo para encontrar a un joven que decía:
-¡Estoyyy vivooooooo!…a lo que un miembro del Cuerpo de Bombero con temor a los muertos y con una cizaña acercándose a la puerta, pero al momento de cortar el candado para poder llegar hasta el joven y tratar de rescatarlo se volvió a escuchar una voz: -Guayyyyyyyyyy…estoyyyy vivoooooo y el bombero reculó con gran expresión temor.
Desde que la noticia llegó a los barrios de Nagua, Doña Josefa a quien su nieto le dice:- Abuela que es lo que pasa y la señora muy asombrada le responde: – Oye no hable mucho, dicen que el tipo estaba enterrado y que de un momento a otro, una persona iba pasando por el cementerio y escucho la voz cuando el hombre dijo: -Estoy vivoooooooooooo.
El frente del santuario estaba rodeado de espectadores mientras la información se extendía como la pólvora en las redes sociales y los piñones rodaban, decían: se fue como si conocieras a Jonda, y no regresó a pesar de que estábamos aquí.
El vigilante nocturno era Ramoncito, aún estaba en su casa con fiebre y un dolor de cabeza terrible, y fue porque estaba tan asustado que escuchó un fuerte ruido en la entrada del cementerio y salió corriendo – Estaba vivo, dijo que allí seguía su hija Mencía, resonaba en su oído.
Los vecinos del cementerio solo comentaban que si era verdad que lo habían enterrado vivo.
La protección civil estaba bajo control desde que llegué, los bomberos se habían calmado, rompieron la cerradura, abrieron la puerta, y en efecto, en la entrada del cementerio, había un joven gritando y corriendo muchas veces en el medio del cementerio. Esta noche… – Todavía estoy vivo.
Miembros de la Defensa Civil y del 911, recogieron al joven, lo montaron en la ambulancia y fue trasladado al hospital público de Nagua.
Después de que todo el nido de avispas entre el miedo y el miedo de los fieles se ha ido, nos encontramos con que el joven Andrés descubre que hay un problema mental allí.
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Con información de diarioaldia