Una joven que fue llevada a un lugar de entierro el martes después de supuestamente morir de un ataque cardíaco el día anterior se despertó, le quitaron un algodón que le cubría las orejas, la boca y la nariz y la llevaron de regreso a su residencia donde pidió un vaso de agua. Recibió, pero finalmente enterró, un incidente registrado en la comunidad de Guayabar, en la provincia de Azua, que causó gran conmoción en la comunidad.
Ada Pérez Arias, de unos 34 años, originaria de Los Tainos, Guayabal, Azua, falleció el pasado lunes, pero al ser enterrada el martes hizo un movimiento en su ataúd que provocó que familiares y amigos se dispusieran a entregarla. En un entierro cristiano para revisar el ataúd nuevamente. Se dice que se despertó y pidió agua, dijeron muchos, cuando le entregaron agua. Cuando llegó el momento de beber, ella tomó el agua.
Según testigos que asistieron a su velorio y funeral, le sugirieron llevarla a investigar un poco, pero algunos familiares y amigos se negaron a hacerlo, diciendo que no, que estaba muerta.
Bueno, finalmente, el martes por la tarde fue llevada a ser sepultada y finalmente recibió cristiana sepultura, pero algunos amigos y familiares no estuvieron de acuerdo, sugiriendo que se sometiera a estudios médicos para determinar si realmente estaba muerta.